Ya se ha liado. Si es que nos roban, nos mienten, se pelean, se insultan, nos insultan, nos recortan, nos despiden y aquí no pasa nada. Pero ay amigo, es tocar el tema de la homosexualidad y es como si se defecaran en tu progenitora…
San Fernando se ha convertido en la primera localidad española en instalar los semáforos de la diversidad sexual. Que usted se preguntará ¿y eso qué coño es? Pues semáforos normales y corrientes cuya figura clásica, la del peatón, ha sido sustituida por parejas de homosexuales y lesbianas que se dan la mano. «Que cuqui ¿no?» dirán algunos. Pues eso, que serán algunos porque otr@s ya se han encargado de sacar toda su arcaica artillería a pasear excusándose en el para ellos infalible «hay cosas más importantes» o «es un gasto innecesario». Aunque esto último aquí no les vaya bien puesto que según ha explicado la delegada del área de Inclusión y Políticas Sociales, Ana Lorenzo, su coste ha sido «Cero» ya que la inclusión de las imágenes formaban parte de las condiciones incluidas en el pliego técnico de la empresa adjudicataria de los semáforos. Así que por ahí pueden estar tranquilos. En la otra gran excusa que nos sirve prácticamente para todo con lo que uno no está de acuerdo, la de que hay cosas más importantes, leyendo algunos de los comentarios que los ciudadanos han ido colgando en redes y foros, no es que sea más o menos importante, es que es de máxima urgencia.
Sí estoy con la opinión de que unos semáforos no van a cambiar la opinión de personas que se niegan por más años que pasen a que una relación homosexual es igual de sana o insana que una hetero. O que un Ayuntamiento como el de Cádiz vaya a cambiar la mentalidad de cierto sector de la sociedad poniendo una bandera arco iris de LGBT en medio de la ciudad. Porque solo son gestos dirán algunos. Claro que sí. Pero ¡tan necesarios! Porque son estos gestos los que tienen la llave del otro armario, el de la caspa y el de la intolerancia, el de los que se niegan en rotundo a normalizar una condición tan respetable como la suya. El que respeta a los homosexuales mientras que continúen en ese escalón por debajo de sus derechos con respecto a los suyos. En el momento que divisan la más mínima señal de normalización, ahí salen del armario «como locas» a comerse el mundo. Seguro que no protestaron cuando hace unos años se inauguró la rotonda de la familia tradicional que no era más que una provocación más ante los nuevos modelos que están surgiendo. ¿Eso no es adoctrinador, palabra con la que gente de «Hazte desoír», especializados en abolir cualquier gesto de tolerancia, ha calificado la iniciativa del PSOE local?
Que no seré yo quien les niegue que esto no sea una muestra más de postureo político, probablemente para buscar notoriedad pública y acallar los fallos que toda gestión política comete. Y claro que hay cosas más o igual de importantes. Ya lo creo. Pero da la casualidad que por esas no protesta nadie o si lo hacen, es con la boca chica. Prefieren hacerlo por este tipo de cosas amparándose en el chiste y la burla fácil encontrando por desgracia la complicidad al instante de aquellos que siguen empecinados en pensar que la homosexualidad sigue siendo un problema. Algo por cierto, que ellos mismos con sus palabras se encargan de desmentir y dar la razón a los que alertan no solo de que si un simple gesto como éste provoca esta oleada de comentarios homófobos, sea más que necesario seguir luchando por la normalización, si no que el verdadero problema es seguir sin reconocer que sigue existiendo algo tan despreciable como la homofobia.
@ManoloDevesa