Cádiz ya está iluminada. Y eso es un hecho. Las plazas más significativas de la ciudad como San Juan de Dios o San Antonio lucen este año con grandes árboles. Y las calles, aquellas que en un principio no iban a iluminarse también han sido adornadas para la ocasión. Incluso la Avenida ha sido ya engalanada para la Navidad.
Sin embargo la cancioncita de estas navidades continúa siendo la misma: «en Cádiz no hay una mísera luz de Navidad. Está triste y oscura». Algo que evidentemente ya no huele al simple comentario ciudadano si no a algo con intenciones claramente más partidistas. Porque a uno le podrá gustar más o menos la decoración de este año, criticar la tardanza de sus instalaciones o incluso opinar que las actividades de las que presumía el Ayuntamiento en realidad ni están siendo tantas ni tan espectaculares como las vendieron.
Pero afirmar que en Cádiz no se ha puesto una sola luz o cuestionar incluso que porqué el árbol de San Juan de Dios es «rojo» y no verde o que el Ayuntamiento haya puesto en el Palillero «Felices Fiestas» en vez de «Feliz Navidad» (eso lo he leído yo en las redes estos días) no hace sino desviar el tema hacia otros derroteros que nada tienen que ver con la realidad que se vive en la ciudad.
La realidad más allá de cualquier opinión que en el fondo sea más un intento por defender los colores del Ayuntamiento de turno por encima de los intereses de tu propia ciudad es mucho más simple que todo eso. El derrotismo y la crítica son algo que permanecen en el ADN del gaditano desde tiempos inmemoriables. ¿Cuántas críticas recibió Teófila? ¿Cuántas fueron coherentes y cuántas fruto simplemente del criticar por criticar? Y aquí pasa exactamente lo mismo. Esperen a las que estos carnavales le caerán al alcalde por engalanar como se merece la ciudad en su fiesta grande. Si se le puede recriminar algo es que no ponga esa buena voluntad a las demás fiestas por igual. ¿Se imaginan que la alcaldesa siendo del norte hubiese quitado fuerza a nuestros Carnavales o no hubiese entendido el folklore de nuestra Semana Santa? Se la hubiesen comido y con toda la razón del mundo.
Pero enriquecer nuestro carnaval es algo que yo jamás criticaría. Entre otras cosas porque son la propia ciudad y la fiesta las que salen ganando y nosotros con ellas. Hacerlo sería con esas intenciones de las que le hablaba al principio. Aun así y dicho esto, no tiene nada que ver para reconocer que una ciudad que termina de colocar sus luces navideñas a solo unos días de la Nochebuena es una ciudad en la que algo está fallando.
@ManoloDevesa












