Hay que tener arte para llegar y convertirse en apenas dos horas en uno de los concursantes más populares del concurso MASTERCHEF JUNIOR que comenzaba ayer.

Tiene solo ocho años y cara de pillín. Aunque lleva viviendo en Cadiz dos años en realidad Jefferson viene de Inglaterra. Entre sus aficiones está el montar en bici y el rap.

Pero evidentemente y presentándose al concurso que se presenta, adora la cocina. Dice conocer y saber cocinar las cañaillas, los langostinos y el sushi.

Pero además Jefferson se convirtió anoche en el catador oficial del programa con su afición a probar toda la comida. Vamos que al niño es mejor comprarle un pantalón que invitarlo a comer. Su carita y acento unido a sus pillerías ya han conquistado a parte de la audiencia.

@ManoloDevesa