Reconozco que como cualquier ser humano yo también odio palabras. He aborrecido «populismo» como también aborrecí «imputado», «sorpasso» o «mamandurria». Todas ellas con una alta connotación política. Y de esta misma manera debo reconocer que el populismo y no me refiero ya a la palabra en sí, si no a su significado más despectivo ha llegado a las fiestas navideñas. Al menos a las de esta ciudad que es la que a mí me importa.
Lo ha hecho en forma de alumbrado que por lo que se ve va a haber más en el salón de mi casa que en el centro de la ciudad. Porque calles tan comerciales como Ancha, Columela, Novena o Pelota no tendrán ni una triste luz que nos haga imaginar que estamos en las fechas de mayor consumo y oportunidad laboral del año.
Y de la misma manera que le honra el detalle de ceder de forma gratuita a la Asociación de Reyes Magos de Cádiz el Palacio de Congresos para la celebración de la Gala de la Ilusión y la Gala de Villancicos permitiendo así un beneficio mayor para los mas pequeños, le diré señor alcalde que aquí se equivoca. Porque las Navidades se han convertido en algo más que unas fiestas de carácter cristiano. De esas que usted pretende separar y hace bien de la política. Pero más allá de eso, son fechas de ilusión y de oportunidades laborales que al menos durante unas semanas permiten a unos cuantos cientos de personas llevar un sueldo a su casa. Como ocurre también en el Carnaval…

Las Navidades se han convertido para alegría de los comerciantes en el mejor período de ventas de todo el año. Y es fecha de reencuentros familiares y de paseos para ver como luce de bonita la ciudad, para impregnarte del clima navideño que propicia no solo nuestra parte más entrañable si no que ayuda a que la economía de la ciudad suba al menos durante ese tiempo. Uno visita los nacimientos y queda con los amigos a ver lo bonita que está la ciudad alumbrada y se toma unos churros con chocolate y unas copas en el Mercado… Son estrategias comerciales para una ciudad que no anda como para tirar cohetes en cuanto a empleo se refiere y forma parte de la tradición de estas fechas.
Claro que los barrios y plazas de extramuros se merecen un alumbrado del que pocas veces han disfrutado. Eso no lo duda nadie. Pero eso no debe contrarrestar a que la parte de la ciudad a la que verdaderamente la gente acude a hacer sus compras se quede sin el ambiente propio de las fechas. Porque sin luces y la animación propia de las Navidades, la gente huirá a los centros comerciales donde en cuestión de decoración y ambiente navideño son un auténtico espectáculo. O se van a Jerez que disfrutan de sus populares zambombadas y una decoración exquisita.
Y entonces señor alcalde, lo que para usted pueden ser las navidades más solidarias de la historia de la democracia por acordarse de barrios que pocas veces o ninguna se han decorado, pueden convertirse en general en unas navidades solitarias en las que los gaditanos huyan animados por el buen ambiente de otros rincones de nuestra provincia sumiendo a nuestra ciudad en el cementerio comercial que todos tantos hemos criticado.
@ManoloDevesa