La tensa sesión de investidura en la que Rajoy se proclamó Presidente

El 28 de Octubre de 2016 ya es historia. Es la fecha que pone fin al Gobierno en funciones más largo de la democracia. Más de 300 días en un ir y venir de pactos, acusaciones, dos elecciones y la caída de un partido a los infiernos.

En torno a las seis y media de la tarde tenía lugar la sesión de investidura en la que Mariano Rajoy sería proclamado Presidente del Gobierno con la histórica abstención del PSOE. Lo hacía 48 horas después de que le dijesen No en un acto de no se qué postureo político. El caso es que las televisiones se volcaban en una sesión que se recordará por varios motivos de por vida.

El principal de ellos por ser la más esperada al desarrollarse tras más de 300 días sin Gobierno y con la amenaza de unas terceras elecciones que se llegó a plantear el 25 de diciembre – una artimaña más de las tantas con fines partidistas – ante el horror de los españoles. Y por supuesto por la expectación surgida de la abstención del PSOE al Partido Popular.  Algo totalmente impensable hace solo unos meses.

Sin embargo, en la sesión de investidura definitiva para la proclamación de Rajoy como Presidente no fue precisamente Mariano el centro de atención de las mismas. Una sesión con discursos rudos y broncos de los unos contra los otros cuyos argumentos iban dirigidos en su mayoría al Partido Socialista por su colaboración a que Rajoy se alzara como Presidente desviaban la atención del verdadero protagonista del acto.

Una sesión de investidura en la que nos acordaremos de Gabriel Rufián de ERC que lanzaba sin duda el discurso más polémico de la tarde donde a pesar de ser el PSOE su principal víctima, repartió para todos. Sus palabras causaron en el hemiciclo una profunda controversia. En la que los ojos estaban más puestos en Antonio Hernando que en Mariano Rajoy, en comprobar el número de socialistas dispuestos a desobedecer a su Comité Federal que a los se abstenían ante el asombro de sus votantes.

Una sesión de investidura que vivió sus momentos más tensos durante el breve enfrentamiento entre Podemos y Ciudadanos en un descanso a tres minutos de las votaciones. Y una sesión de investidura que surrealistamente convierte a Rajoy en el Presidente con menos votos en contra. Una jornada política que me recordó en ocasiones a las votaciones de Eurovision, marcada por la decepción de unos y el alivio de otros y en la que a España siempre le toca perder. A ver ahora cuanto aguantan.

@ManoloDevesa

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