Querer y no poder, así puede resumirse lo visto ayer en Carranza. Pasadas las horas y analizando tranquilamente el partido, aun es imposible saber el por qué el Cádiz C.F se dejó dos puntos contra el UCAM.
Podríamos echar la culpa como siempre a Cervera y a su incompetencia para resolver o rematar los partidos o a la actitud deplorable de los jugadores cuando el partido estaba de cara. Más si cabe después de que el partido se pusiera de cara en el minuto 8 con un cabezazo espectacular de Aridane tras un saque de córner, tras dos ataques tímidos del equipo murciano.
La cosa prometía y así parecía confirmarse cuando tan solo cinco minutos después, en el 13, Gorka Santamaría fusilaba al portero tras una gran jugada por banda de Brian Olivan y el pase atrás de Rubén Cruz.
El Cádiz rozaba la perfección en cuanto a juego y los jugadores se sentían cómodos en el campo a pesar de la lluvia y lo embarrado del terreno.
En el 23 Cifuentes paró literalmente con la cara un tiro del delantero Fran Pérez tras despiste de Sankaré, aun así el equipo seguía bien asentado.
En el 27 casi cayó lesionado Jose Mari, como siempre, el jugador que da sentido al juego Cadista, la cosa no fue a más y se sancionó a Sergio Mora por la entrada. Sin embargo en el 36 se paró el juego por lesión de Olivan que estaba muy activo y salió por él Servando.
Las jugadas y sobre todo las faltas se sucedieron entre ambos equipos y en el 38 amonestaron a Fran Pérez. Un minuto después Sankaré y Aridane remataron mal dos córner seguidos sin peligro alguno.
En el 41 Salmerón sorprendió a los presentes y se la jugó sacando al campo a Juanma sustituyendo a Juande, cambio que a la postre fue esencial.
La segunda parte empezó con un UCAM dispuesto a acortar distancias de la mano del recién salido y un Collantes muy activo durante la primera parte, pero el gol no llegaba. El Cádiz replicó en el 52 con una jugada de fantasía entre Abdullah, Rubén Cruz y Gorka Santamaría que de volea la mandó fuera.
Llega el 58 y Cervera también sorprendió, pero a su manera, claro está. Sacó del campo a Abdullah por un Abel Gómez que ya no está para jugar en segunda división y tras la tarjeta por protestar de Carlos Calvo en el mismo minuto, el Cádiz comenzó a irse atrás incomprensiblemente cuando casi estuvo a punto de marcar el tercero en el 61 de la mano de Álvaro García con un tiro ajustado a la cepa del palo que sacó Fernando Martínez.
En el 66 el delantero Mejía del UCAM salió y entró Natalio para ajustar más el centro del campo y la defensa. Salmerón lo consiguió.
Llegaba el 67 y Aridane se libró de una roja tras un ataque del UCAM de cara a puerta en uno contra uno. En el 70 se fue el héroe del partido, Gorka Santamaría entre aplausos y entró Nico Hidalgo. A Cervera le entró el miedo en el cuerpo y se confirmó en los próximos minutos. En el 75 Juanma tiró al palo de Cifuentes, en el 78 dos corner con peligro y en el 80 llegó el primero del UCAM por medio de Imaz tras rechace de Sankaré al borde del área.
Para colmo Carlos Calvo fue expulsado justamente en el 85 en un balón dividido tras una entrada por detrás por doble amarilla. Los nervios se sentían en la grada y se sucedían los ataques del equipo murciano en el 86,88, 89 y 90. Llegó el 93, justo cuando el árbitro iba a pitar el final y tras una jugada embarullada y funesta para Cifuentes, Juanma hizo el empate a dos y el Cádiz perdió de nuevo la oportunidad de ver luz al final del túnel.
En conclusión y como dije antes, se le puede echar la culpa a muchos, pero si esto no se remedia pronto, los partidos y los puntos pasan y el pozo cada vez esta un paso más cerca.
Texto: Oscar Lamela