Estupidez humana

¿Qué está pasando? Cada día me asusta más el comportamiento humano. La sociedad se ha radicalizado a un ritmo vertiginoso. En nuestra paleta de colores parecen existir solo dos: el blanco y el negro. No hay grises ni más claros ni más oscuros. Y con este panorama, así nos va en los diferentes aspectos de la vida. Les pondré algunos ejemplos con los que por cierto con cada uno de ellos bien se podría hacer un artículo entero.

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El terreno político es sin duda el que más drásticamente se ha radicalizado: si no eres de Podemos no basta con no votarlos, uno se autoproclama antipodemita con campañas amateurs en redes sociales dignas de estudio y que rozan el ridículo. Y la izquierda que ha dado ese giro que tan poco le beneficia, ídem de lo mismo. Se deja llevar más estereotipos que por la propia realidad. Eso sí, tanto izquierda como derecha coinciden en lo mismo: o estás con ellos o en su contra. Conmigo van apañados…

La estupidez humana llega a discutir por temas tan intrascendentes como por ejemplo la celebración de Halloween, cada vez más presente en nuestro país. ¿Saben que hay grupos de redes sociales declarados «en contra de Halloween»? Aquí cualquier excusa para radicalizarse a favor o en contra de algo es buena. Y lo que puede ser un debate sano, en las redes sociales acaba como el rosario de la aurora. Con amenazas, insultos y en este caso concreto ese patriotismo barato que por cierto cada 12 de Octubre sacan a relucir algunos y que sirve de nuevo para enfrentar a los unos contra los otros. Porque nos encanta buscarle los tres pies al gato. Y ahora hablamos de que celebramos el genocidio que fue la conquista de América como si aquí de verdad alguien pensara en eso cada 12 de Octubre. Y después están los de siempre, los que si no te ven echar una lágrima cuando ves la rojigualda te tachan de traidor.

Pero la radicalización ha tocado más palos. Si hablamos de los animales eso ya es la repanocha. Uno debe estar en contra del maltrato animal. Yo lo estoy. Pero no podemos caer ni en humanizar a los animales que siempre serán animales ni en caricaturizar algo tan serio como es la lucha de precisamente sus derechos. Estoy a favor de abolir esas costumbres pueblerinas que rozan lo esperpéntico y cuyo único objetivo es el maltrato a un pobre animal. Pero eso no puede llevarnos a desear la muerte de un pobre chico con una enfermedad tan cruel como el cáncer. Porque si eres capaz de eso, eres incapaz de sentir amor por nadie. Ni siquiera por los animales que dicen defender tanto a quienes utilizan simplemente para sacar lo peor de si mismo.

Y si ya a la radicalización le sumamos la demagogia que se instaló hace unos años en nuestro país y que parece que aun no ha tocado techo, puede ser un cóctel absolutamente explosivo: el domingo pasado se emitía en TVE el programa OT: EL REENCUENTRO, donde todos los concursantes de la primera edición de OT se reunían tras 15 años. En laSexta el programa de Jordi Evole emitía un reportaje sobre el drama de los refugiados. Pues hasta en una simple opción de ver un programa de televisión, la demagogia más previsible y las opiniones más radicales se asomaron a la red. Y todo porque a los seguidores del programa de Évole les parecía absolutamente indignante que la gente viese el programa de La 1 en vez de la opción que ellos habían elegido y que por lo visto era la acertada. Así que imagínense la que pudo liarse.

Es triste pero cada vez con más frecuencia pienso que el momento que vivimos actualmente nos acerca de manera peligrosa a aquel horrible Julio de 1936. Hala, ¡qué exagerado! dirán. Pues no crean: aquel julio que estoy seguro que a nadie le gustaría revivir fue en realidad el resultado de la radicalización de los ideales de unos que terminaron por acabar con los otros.

@ManoloDevesa

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