Un día como hoy de hace 77 años, se cometía una de las mayores atrocidades de la dictadura de Franco en España. Trece mujeres de entre solo 18 y 29 años eran fusiladas contra la tapia del cementerio de la Almudena en Madrid. Su pecado, pertenecer a la organización Juventudes Socialistas Unificadas y defender la República, que de manera legal había sido votada por los ciudadanos.

Corría el año 1939, poco después de acabar la guerra civil, el comandante de la Guardia Civil Isaac Gabaldón, era asesinado a manos de tres militantes de la JSU en la noche del 29 de julio. Aquello no hizo sino provocar las represalias del régimen que optó por castigar a todos los que ya habían sido detenidos con anterioridad y que poco o nada tenían que ver con el asesinato. Entre los detenidos se encontraban ellas, trece jóvenes chicas, que fueron cruelmente torturadas en su paso por prisión.
Bajo la acusación de un delito de «adhesión a la rebelión», las chicas fueron condenadas a muerte por un Consejo de Guerra y solo 48 horas después, las tapias del cementerio de la Almudena de Madrid eran testigos de su cruel fusilamiento. «Que mi nombre no se borre en la historia» fue una de las lapidarias frases con la que Julia Conesa se despedía en una dramática carta escrita a escasas horas de su muerte con tan sólo 19 años.
Sus nombres eran Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brissac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente.

Setenta y siete años después, cada cinco de Agosto, se recuerda el cruel asesinato de trece chicas a manos de la España más miserable y rastrera. Pero no fueron las únicas, ni las primeras ni las últimas.
@ManoloDevesa