El año 1915 comenzaba con una nefasta noticia para todos los gaditanos: Cayetano del Toro fallecía en su domicilio de la calle Istúriz, el 2 de enero. Gracias a la sugerencia de su amigo Segismundo Moret, Cayetano había llegado a ser alcalde de Cádiz allá por 1905. Gracias a la estrecha relación entre ambos, la gran beneficiaria fue nuestra capital. Bajo su mandato, se derribaron las murallas de Cádiz, se amplió el muelle y se ensanchó la ciudad hacia Extramuros. Gracias también al acalde, la fiesta del Carnaval se reforzó y se pudo dar un enorme impulso a la Semana Santa.
Por eso, Cádiz guardó un excelente recuerdo de su máximo mandatario. Tanto que su entierro fue tan multitudinario como escandaloso a punto de producir un gravísimo problema de orden público. A pesar de la lluvia que ocupó toda la tarde, prácticamente toda la población gaditana asistió al entierro. Lo que por entonces era el Parque de Guerra Jiménez, hoy el lugar donde está Correos y el Mercado de Abastos estaban abarrotados.
Cuando el pueblo de Cádiz se percató que el entierro se celebraría sin honores ninguno, ya que él era hermano de la Santa Caridad, a la altura de la calle Prim, la muchedumbre gaditana se la ingenió para impedir que continuara su marcha enfrentándose incluso a los guardias municipales. Cuentan que varios trabajadores llegaron a cortar incluso con navajas las correas de los dos caballos que arrastraban la carroza y una vez hechos con el féretro, lo portaron a hombros de camino al cementerio.

Pero al pasar por la plaza de Isabel II, el féretro fue introducido en la Iglesia de San Juan de Dios para rezar un responso. Cuando terminaron, la inmensa multitud de los gaditanos que poblaban la plaza pidieron a gritos que fuese introducido en el Ayuntamiento a modo de homenaje. El alcalde por entonces Martínez de Pinillos, pronunció unas palabras con su cuerpo presente en la Sala de Plenos. El Consistorio estaba a reventar, tanto que incluso los cristales terminaron por estallar. De camino ya al Cementerio, el féretro de Cayetano del Toro continúo por la calle Sopranis, Torno de Santa María y Puertas de Tierra.
Sin duda, una muestra del enorme respeto que la sociedad le tenía por entonces a sus políticos claro que en el caso de Cayetano, ese respeto era recíproco…
@ManoloDevesa