Muerte en la plaza

El joven torero Víctor Barrio de solo 29 años fallecía en la tarde de ayer en la plaza de toros de Teruel. La causa, una espantosa cornada en el pecho que prácticamente le partía en dos el corazón.

Sinceramente ignoro si su muerte puede catalogarse como accidente laboral. Como la de un albañil cuando trabajando cae al vacío, como la de un minero o la de un deportista que le de un infarto en plena competición. Aunque todas estas sin violencia de por medio… El caso es que en eso coincidiremos tanto taurinos como antitaurinos: la muerte de alguien en un trabajo de alto riesgo como por ejemplo es éste, es casi la crónica de una muerte anunciada, la consecuencia o el riesgo que tiene tan polémica profesión. A fin de cuentas, el animal sólo se defiende de quien está dispuesto a llevárselo por delante.

Y no tachen esta reflexión de fría. Más bien es pura coherencia. Al menos de alguien que no ve con buenos ojos la mal llamada fiesta nacional. Y digo mal llamada porque regodearse con la muerte de un animal en nombre de un país, me parece de una indignación atroz. Querer seguir anclados en una fiesta que solo provoca el dolor de un pobre animal simplemente por diversión escudándote en el trabajo que genera y en el respeto a una tradición de siglos me parece de unos argumentos realmente tan pobres… Desde mi ignorancia pregunto: Si la fiesta de los toros se celebrase sin el maltrato al animal y sin evidentemente darle muerte al final ¿Dejaría de dar dinero?. ¿Se imaginan que la costumbre de tirar a los humanos a los leones se siguiese respetando? Evolución, amigos. Ésa es la palabra.

Pero una cosa es estar en contra de estas tradiciones y otra es la de mostrar la cara más siniestra del ser humano a través de las redes sociales a raíz de la muerte del torero de ayer. ¿Cómo se puede pretender dar ejemplo de la solidaridad con el mundo animal si luego uno es capaz de escribir las salvajadas tan grandes como las que pude leer ayer en Twitter? Alegrarse de una muerte. Ni lo entiendo ni lo haré jamás. Que puedas sentir indiferencia, que te escudes en el evidente riesgo que supone una profesión así, hasta cierto punto lo entiendo. ¿¿Pero que puedas alegrarte de la muerte de un ser humano?? Bromear, burlarte, reírte, celebrarlo…

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«Chico trabajo tienen los antitaurinos que con este comportamiento pretenden que se les respete cuando reivindican el no maltrato a los animales» Seguro que fue la frase de más de uno en el día de ayer. Y no le faltaba razón. Es como cuando en una manifestación para reivindicar derechos sociales o para trabajadores, se infiltran individu@s con el solo objetivo de meter bronca cargándose la verdadera causa de la protesta. Estoy convencido de que la inmensa mayoría de las personas que no le temblaron el pulso ayer para volcar todo su odio y su mal fondo como seres humanos en las redes sociales, poco o nada tienen que ver con el colectivo animalista. Eso o como dicen en mi tierra: «Quieren ser más papistas que el papa«. Y de eso amigos míos, al menos éste que les escribe, está más que saturado.

@ManoloDevesa

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